jueves, 29 de noviembre de 2012

Capitulo 1


                         
                                            El Despertar del hombre


Todos supongo que a la hora de buscar una historia que leer se fijan en el resumen, todos tienden a deducir la calidad de la historia únicamente con cuatro líneas que supuestamente son la esencia de la historia, la verdad que os diré que de tener que resumir mi historia con varias palabras, estás serían, tristeza, amor, odio y oscuridad, por que todos buscan historias de héroes que salvan el día, todos buscan cómics en los que el héroe siempre gana y se queda con la chica, pues siento deciros que yo no soy el héroe, no me siento como un héroe, es más me atrevo a decir que no soy un héroe claramente, yo soy todo lo contrario, me temo que esto no es mas que las historia de un villano, o como todos dicen comúnmente, el malo, no soy ningún angelito, me temo que soy el peor de los diablos, pero así funcionan las cosas, lo mejor de todo es que pensáis que aquí como en toda buena historia, el villano es decir yo, acabaré perdiendo mientras que el héroe gana, sale victorioso y sin duda se queda con la chica, si de verdad pensáis esto siento lastima por vosotros, no seáis tan ingenuos, por que la verdad es que nunca se sabe como pueden terminar las cosas.

Mi historia comienza ¿Dónde? La verdad que no lo recuerdo, únicamente me desperté tirado en un callejón, ensangrentado, tirado en un rincón, al abrir los ojos todos lo que había a mí alrededor me observaban la verdad que todavía no se por que, únicamente hice el esfuerzo de levantarme, no recordaba nada, lo único que tenía en mente eran fogonazos de batalla, golpes, tanto dados como recibidos, puñetazos a mano descubierta, veía saltar sangre, tanto suya como mía, no sabía quien era, de pronto pestañee un par de veces y las imágenes se volvieron mas nítidas, pasaron a ser como un vídeo  podía verme a mi mismo dándole puñetazos, podía verle apartándome de él de un puñetazo, mientras me limpiaba la sangre de mi labio partido, me levantaba para contraatacar, de pronto vi un arma, una catana, en su mano, yo tirado en el suelo, de pronto pude ver que en mi mano izquierda, había una especie de brazalete escudo de color oro, al verlo no lo pensé dos veces, fue un acto reflejo, el poner el brazo para frenar su ataque, nada más lo frene otro acto reflejo inundo mi mente lanzar el brazo derecho hacía su espada, así pues se la quité y de una patada en el pecho le lancé al suelo, le dí la vuelta a la tortilla, ahora yo tenía el poder, yo tenía en control, pode verle en el suelo, veía como me miraba, pude ver el miedo en su mirada y notar el odio en la mía, noté como llegaba el final, levante la espada la agarré con las dos manos y la imagen desapareció, como cuando apagas la tele y únicamente se queda el punto unos segundos antes de fundir a negro por completo, así pues no se que paso, supuse que le había atravesado con aquella espada, puesto que mi ropa estaba toda ensangrentada y la espada estaba tirada a pocos centímetros de mi mano, no recordaba quien era él, pero fuera quien fuera, yo lo maté, y algo dentro me decía que no estuviera triste, que no me sintiera culpable, de modo que no lo hice, ya que no lo sentía, de ese modo ¿Para que voy a fingir lo inexistente? Con la ayuda de la espada me puse en pie y lo primero que hice fue preguntar al primero que pille si me conocía, fue una mujer mayor, tenía pinta de ser una abuela, puesto que era anciana he iba con dos niños pequeños, la anciana al mirarme de arriba abajo únicamente dijo:

-No tengo el gusto de conocerte, pero una cosa si que se, seas quien seas, estas en un serio apuro, toma esto, se nota que lo necesitas mas que yo.

La mujer me dio una bolsa de papel, en ella había ropa, pero por extraño que suene, la ropa estaba limpia, intacta, como si nadie la hubiese tocado antes, como si la mujer la hubiese comprado justamente para mí, lo que obviamente era imposible.

-Gracias señora, no se como agradecérselo.

-Hijo mío, a veces un simple gracias, es el mayor regalo que uno puede recibir.

Al escuchar esto la sonreí:

-Gracias.

La mujer me sonrío al mismo tiempo que los niños y acto seguido siguieron caminando y desaparecieron en la distancia, me sonaba extraño que una señora de barrio marginal, de callejón de los suburbios tuviera ropa semejante y que justamente me la diera a mí, supongo que ese día tuve suerte, una suerte que claramente no me merecía y eso si que lo sentía dentro, seguí caminando y de pronto un tío que había apoyado en unos cubos de basura se me quedo mirando y tras observarme un poco, sonrío al mismo tiempo que se me acercaba corriendo y gritando:

-Ya veo que te as dignado a volver, no esperaba menos de un asesino como tú.

-¿Nos conocemos?

-¿Axel, eres gilipollas, es que acaso no me recuerdas?

-La verdad es que no, no recuerdo nada, la verdad que podrías ser mi propio padre y yo no tener ni idea de quien eres ¿Quién eres?

-Un viejo amigo tuyo, que lleva contigo desde la gran guerra, pero la verdad no esperaba volver a verte, te daba por muerto ¿Dónde habías estado todos estos años y como es que no as envejecido ni una gota?

-¿Guerra, envejecido? La verdad que no se de que me hablas, no comprendo nada.

-Amigo mío, tú, eras y eres el general del ejercito negro, el ejercito mas cruel, sanguinario y oscuro que existe, nuestra existencia se remonta a la edad media no obstante desde la gran guerra y aquella explosión, todos los soldados desaparecieron, todo el ejercito fue erradicado, algunos fueron convertidos en polvo, mientras que otros fuimos condenados a la inmortalidad, curioso contrapunto, a unos los niegan la vida y a otros se la perdonan eternamente, pero poco a poco fuimos respondiéndonos y reagrupandonos de nuevo por lo que no hemos desaparecido todavía, temo que el ejercito blanco consiguió vencer, pero contigo aquí de nuevo, podremos volver a la batalla, contigo aquí podremos vencer de nuevo y así conquistar el mundo.

Por lo visto formaba parte de un legendario ejército creado hace siglos, totalmente secreto, cuya única forma de ingreso era ser cruel, sin escrúpulos, sanguinario y en resumen un asesino eficaz, un arma forjada con la carne y los huesos de un mortal, se que suena épico pero todas estas chorradas son las que me dijo el tío del callejón y la verdad es que todas ellas me importaban una mierda, puesto que tengo claro que yo, no podía ser uno de ellos, seguramente se trataba de una equivocación, o quizá yo fuese el general de un ejercito de asesinos, la verdad es que no lo se.  

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